sábado, 16 de febrero de 2008

Bola de Cristal



Las bolas de cristal son elementos infaltables entre los accesorios de los adivinos. Si bien, hasta la edad media no se usaron las bolas de cristal, la cristalomancia, el arte de ver el interior de un cristal para ver el futuro, forma parte de una tradición más antigua. Se trata de una variante del divisamiento, un método de la adivinación que consiste en mirar fijamente una superficie hasta que comiencen a verse imágenes en la superficie o en la mente del practicante. Las diferentes civilizaciones usaban diversas superficies para mirar el futuro, algunos usaban espejos, otros copas, otros tiraban agua en un cuenco y observaban en busca de imágenes e incluso algunos las buscaban en cuencos llenos de tinta. Pero fueron los romanos fueron los cristalománticos auténticos, pues fueron los primeros en intentar ver el futuro en trozos de cristales de cuarzo o berilos pulidos.

Los buenos cristalománticos debían ser puros de alma y de cuerpo, y debían presentarse rezando y luego de hacer ayuno durante unos días. Solía usarse una habitación especial, de ambiente ceremonial y solemne. En algunas culturas se cría que los niños eran los mejores videntes, ya que eran más puros y más abiertos a la imaginación que los adultos. En la Europa renacentista comenzaron a usarse las bolas de cristal para encontrar objetos perdidos o identificar a alguien.

Historia

El registro más antiguo que existe sobre la cristalomancia en la historia, data de aproximadamente 2000 años a.c, cuando los druidas unificaron las tribus celtas y comenzaron a usar cristales para la adivinación. 
Ya durante el medioevo en Europa central era común ver videntes, magos, hechiceros, médium, gitanos y adivinos usar cristales para ver el pasado, el presente y el futuro.
El material más usado por aquel entonces era el berilo, debido a su naturaleza transparente; las primeras bolas de cristal propiamente dichas estuvieron hechas de este material. Posteriormente se remplazó por cristal de roca, aun más traslucida.

La bola de cristal más famosa del renacimiento perteneció al matemático, erudito, alquimista ingles John Dee, que fue contratado para calcular la hora astrológicamente correcta para la coronación de la reina Isabel primera. Dee creía que con su bola de cristal podía conectarse con el mundo de los espíritus, pero por más que se pasara horas mirando fijamente la bola, nunca veía nada y en vez de rendirse, contrató a Edward Nelly, un vidente profesional que muchos consideraban un estafador. Ambos trabajaron juntos, Dee hacía las preguntas y Nelly daba las respuestas observando la bola. Juntos redactaron varios libros con mensajes de los espíritus, incluido uno en que se predecía la ejecución de María Estuardo, reina de los escoceses, que ocurrió en febrero de 1586. Actualmente la bola de cristal de Dee está guardada en el Museo Británico de Londres, Inglaterra.


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