Se trata de una legendaria fuente capas de curar y otorgar la inmortalidad y juventud eterna a quien beba su agua o se bañe en ella.
Las primeras referencias datan del siglo XV d.C. puntualmente con la llamada "era de los descubrimientos", época en que expedicionarios españoles y portugueses se dedicaron a recorrer y cartografiar el mundo tras el descubrimiento de América. Posteriormente las llamadas "Novelas de Alejandro" popularizaron la idea del "agua de vida", buscada incansablemente por Alejandro y su siervo en la tierra de la oscuridad.
"El libro de las maravillas del mundo" de Juan de Mandeville también hizo su parte en alimentar esta leyenda. Ademas existen miles de referencias a objetos que otorgan la inmortalidad, como la piedra filosofal, el elixir de vida y la panacea universal, que probablemente influenciaron la creación de este mito. El estanque de Betesda también funciona como un importante antecedente, siendo el estanque donde Jesus cura a un hombre en Jerusalén, según el Evangelio de Juan.
Por otra parte, los aborígenes americanos tenían sus propios mitos sobre una fuente de juventud. En este caso se trataba de la mítica isla de Bimini, un país de riqueza situado hacia el norte del continente, posiblemente en lo que hoy llamamos las Bahamas. Según la leyenda, el jefe arahuaco de Cuba fue incapaz de resistirse a la tentación que representaba la fuente restauradora de Bimini; reunió a un grupo de subordinados y navegó hacia el norte para jamas regresar.
En el Caribe, las leyendas sobre Bimini y su fuente, se extendieron rápidamente. Fue en lugares como Cuba y Puerto rico que los españoles supieron sobre estos mitos, entre los que destacamos a Ponce de León, famoso conquistador de la épocas que se obsesionó con la búsqueda de la fuente de la juventud eterna. Luego de conquistar Puerto Rico e insatisfecho con las riquezas que allí encontró, partió en 1513 hacia lo que conocemos hoy como Florida donde habría buscado entre ríos y lagos, la famosa fuente. Sin embargo, hay que tomar estos datos con pinzas, ya que la asociación entre Ponse de León y la susodicha fuente se hizo después de la muerte del conquistador, lo cual no nos permite corroborar si estas historias son ciertas; fueron personajes como Escalante Fontaneda y Antonio de Herrera y Tordecilla, quienes formaron y fortalecieron este mito a través de sus memorias y narraciones.
La creencia en una fuente de juventud eterna nace de la necesidad del hombre de vivir joven por siempre, anhelando la vida eterna.
1 comentario:
Muy interesante.
Buen trabajo y gracias por seguir compartiendo con nosotros.
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